viernes, 25 de marzo de 2011


Cuando llega la primavera, Baena se convierte en la Pasión del Sur. Baena: tradición, incienso, azahar,… el sentir de las emociones.

Al llegar Semana Santa, uno sólo debe dejarse seducir por sus propios sentidos: respirar el aroma sutil que impregna la ciudad, mezcla de incienso y azahar; emocionarse con el canto sentido de una saeta o escuchar el silencio de una multitud respetuosa...

Cada año con la llegada de la primavera, con el retorno de la vida, Baena se prepara para convertir sus calles y sus plazas, sus aromas y sus luces en un escenario donde la representación se sucede siempre igual y siempre diferente. Baena se viste de nuevo el Domingo de Ramos, se estremece en el silencio del Viernes Santo y resucita otro domingo cubriendo la distancia que va desde la muerte hasta la vida, esa vida que se levanta imparable en la fiesta.

A lo largo de estos siete días, Baena se transforma y los baenenses, con sus mejores galas, salen a la calle para celebrar la Pasión en medio del fervor popular. Se descubren imágenes de una gran riqueza artística que se pasean por las calles entre las cálidas luces de los cirios, el colorido de las túnicas de los nazarenos y la música de las bandas de tambores y cornetas. Todo ello, unido a la mezcla de olores a incienso y azahar, hace que surja la magia y despierte un sentimiento de privilegio en todo aquel que lo presencia.

(Fuente:Turismo en Andalucía)

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