
Nunca llueve a gusto de todos,hemos estado mirando incrédulos las predicciones que nos anunciaban que de nuevo,por segundo año consecutivo íbamos a quedarnos en "casa" y no queríamos aceptarlas,arañamos segundos a un reloj implacable que no cesaba en su empeño de impedirnos desfilar,pero fuimos valientes,......como siempre,estuvimos preparados,con todo nuestro cariño,todo nuestro esfuerzo y toda nuestra fé a las puertas de un templo que se empeñaba en mostrarnos la cruel realidad de un agua tan necesaria como inoportuna,hemos estado muy cerca y el próximo será nuestro año.
Un abrazo en Cristo,queridos hermanos.
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